Originaria de la región mediterránea, la escarola rizada ha sido cultivada durante siglos por su resistencia y valor nutricional. Su popularidad se ha extendido a lo largo del tiempo, convirtiéndola en un ingrediente común en la cocina europea y mediterránea.

La escarola rizada es una excelente fuente de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina A, vitamina K, ácido fólico, calcio y hierro. Su contenido de fibra ayuda a promover la salud digestiva y a controlar el azúcar en la sangre. Además, su amargor natural estimula la producción de enzimas digestivas, lo que mejora la digestión y el metabolismo.

La versatilidad de la escarola rizada la hace adecuada para una variedad de platos culinarios. Se puede consumir cruda en ensaladas, proporcionando un sabor y una textura refrescantes. También se puede cocinar al vapor, saltear o añadir a sopas y guisos para agregar un toque de sabor y nutrición. Además, sus hojas rizadas son perfectas para decorar platos y agregar un toque de elegancia.

Al seleccionar escarola rizada, elige cabezas frescas y de color verde intenso, evitando aquellas que presenten signos de marchitez o decoloración. Almacenarla en el refrigerador en bolsas de plástico perforadas puede ayudar a mantener su frescura por más tiempo. Antes de su uso, lávala cuidadosamente para eliminar cualquier suciedad o residuo. Cortarla justo antes de servirla preserva su frescura y sabor.