En ella cuenta la dificultad que ha tenido esta campaña de ajo y las consecuencias de la misma en cuanto a aprovechamientos y peso de los ajos.

“La campaña de recolección de ajo comenzó en mayo y acabó en agosto, y en general ha sido muy difícil, con evoluciones muy malas y unos aprovechamientos muy reducidos”. “Lamentablemente, es la peor campaña que se recuerda en, al menos, 34 años, y hará mucho daño a los agricultores, que podrían plantearse para otros años poner variedades diferentes y hacer más ajo Spring que morado por los rendimientos obtenidos este año”.

También manda un mensaje de tranquilidad a los clientes, transmitiéndoles que a pesar de las dificultades tendrán garantizados el suministro de ajo y el cumplimiento del programa durante todo el año.

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